martes, 7 de julio de 2015

10 cosas que aprendí de Murcia

Hace un tiempo vi un post sobre como 8 meses en España habían cambiado la vida de una joven americana. Pese a que llevo practicamente toda mi vida en esta calurosa ciudad llamada Murcia, todavía hay cosas que me sorprenden.


  1. La primera es casi un fetiche del murcianismo: El limón. Y si, señoras y señores, los murcianos rocían con limón practicamente todo lo comible. Desde una paella a una bolsa de patatas fritas, a todo se le echa limón
  2. Cuando se dice: "Quedamos a las 7." Realmente se quiere decir que a las siete se sale de casa. Pero en verdad, esperar no importa mucho, hace bueno en la calle.
  3. El murciano come. Come mucho y casi a todas horas. Recuerdo excursiones con en colegio en las que practimente desde el minuto 1, incluso antes de subir al autobús, mis compañeros empezaban a devorar bolsas de patatas: " Esto es aire, no engorda." Y no se es gordo; se es de hueso ancho.
  4. Acho sirve para todo. Se podría hacer un spot a lo mediterraneamente con la palabra acho en lugar de vale.
  5. ¿Calefaccion? Para dos días que hace frío... Mentira. Aquí cuando hace frío, hace frío frío. Frío de verdad. Murcia es muy húmeda y el frío se te cala en los huesos desde principios de diciembre hasta marzo, pero... ¿Calefacion? Si solo hace frío dos días.
  6. Los hijo se llaman como los padres y las hijas como las madres. Si en el norte te llamas como el santo del día, aquí se heredan los nombres.
  7. La variedad y calidad de la fruta y verdura de Murcia es ÚNICA.
  8. Todo se puede rebozar y freír. Desde unos calamares o una berenjenas hasta unas galletas maría o la típica hoja de limonero.
  9. En semana santa se pueden aceptar caramelos de desconocidos, aunque estos vallan encapuchados.
  10. Si no se tiene playa no se es nadie. Y ojo con decir que tu kilómetro es mejor que otro.

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